LENGUAJE UNIVERSAL
Cuando escuchas una buena pieza musical es como si te vieras transportado a un mundo mágico, transparente y etéreo del que no quisieras salir. Un mundo donde no hay problemas, ni barreras, ni rutina cotidiana. Eres tú y la música, (nada ni nadie más). Formáis un fantástico y armonioso dúo. Inseparable. El que no haya descubierto aún los deleites de la música, debería probarlos, debería entrar en esa dimensión. La dimensión del “viaje sin medio de transporte”, como le llamo yo.
Desde la música clásica, pasando por el el jazz, el country, el blues, la música pop, ó disco, la celta, las baladas románticas, la música de zarzuela o esa clase de música instrumental como la de Paul Voudouris o Mike Rowland que puede suponer que de repente la depresión se haya apoderado de ti y escuchando estos temas, te olvides de la palabra”depresión” y de sus significado.
Para hacer deporte, meditación, yoga, mientras trabajas, en fin es interminable la lista de cosas que se pueden hacer con este particular “acompañante”; y si caminas por la playa o el campo en un saludable “senderismo” o paseo, con los cascos puestos y la música caminando contigo, seguro que los pies se convierten en alas y notarás la sensacion de “levitar”.
La música amansa a las fieras”, dicen y es probable que si ciertos animales de la selva la escucharan, su comportamiento en su habitat cambiaría. Sobre gustos no haya nada escrito y lo que para unos es precioso para otros no lo es tanto o simplemente no agrada pero sabiendo elegir la música apropiada para cada uno y para cada momento, es una terapia como tantas otras y mejor que algunas para paliar y vencer: angustia, estrés, desazón, malestar y demás.
Yo, aunque parezca exagerado, soy partidaria de que la música (ambiental), estuviera presente en centros sanitarios. La espera, los nervios y la zozobra se podrian atenuar con la música como fondo en hilo musical permanente. Seria un remanso de paz que la mayoria agradecerla. Y si no, pensemos en algunas clinicas privadas de odontologia donde nada más entrar lo primero que se eschucha es la música como contrapunto al saludo de la secretaria que sale a recibir al cliente. La espera en la salita es relajante y no de bloqueo como puede ser que solo se eschuche un murmullo de voces inaudible y sonidos que no dicen nada como por ejemplo, puertas que se cierran, teléfonos que suenan o pasos sobre un suelo de cemento. La música es como se dijo en la prensa: “un lenguaje universal”, a todas luces uno de los mejores modos de COMUNICARSE, con mayúsculas.
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